Llegamos el 17 de mayo al aeropuerto sur de Bruselas, situado en la ciudad de Charleroi, a 50 minutos de Bruselas, el vuelo puntual con Ryanair, 50 euros cada uno ida y vuelta y a las 9:30 ya en Bélgica, el bus que lleva a la estacion de tren de Charleroi sale del exterior del aeropuerto a la izquierda bastante al fondo y su precio es de 5 euros, el otro bus es el que lleva a Bruselas Sud y cuesta 14 euros/trayecto. Como nuestro hotel esta frente a la estación de Charleroi y el taxi cuesta como 4 billetes de bus, 20 euros, cogemos un taxi y al hotel en 10 minutos sin esperar.
El hotel es este, Ibis Charleroi, junto al rio y frente a la estación, muy correcto y con un desayuno bastante bueno.
Durante estos 4 días nos hemos movido en tren, sabado y domingo con los billetes week end, a mitad de precio cogiendo ida y vuelta y lunes y martes tarifa normal, para estos dos dias dejamos los trayectos mas baratos. Mis padres al ser mayores de 65 años pagan 6 euros cada viaje ida y vuelta.
Nada mas dejar las maletas decidimos ir a pasar el dia a Bruselas y cogemos el tren hasta Bruselas central, es sábado, celebran el Orgullo gay y la ciudad es una fiesta, tenemos una suerte increible con el tiempo, 20-22 grados y sol, gente por todos lados, super animada la ciudad, es la tercera vez que vamos y nos sigue gustando mucho, toda la zona centrica, las galerías Saint Hubert, la Grand Place, toda la zona del Maneken Pis, Sta Katerina, la Bolsa etc
Comemos en Arcadi, un sitio estupendo y que nos gusta mucho en una de las salidas de las Galerías, de este sitio con mesitas redondas y bien decorado destacan las tartas, las saladas y las dulces, deliciosas
Tras la comida seguimos paseando por Bruselas, sus calles, como Rue Des Bouchers, sus tiendas de chocolate desbordantes de bombones de todos los sabores y no dejamos de visitar a los niños meones
Volvimos a Charleroi y tras comprar algo de cena en el super de la estación nos fuimos a dormir, había sido un día largo e intenso.
El domingo 18 fuimos hasta Villers la Ville, un bucolico pueblito del Brabante Valón, con una estación totalmente rural y fuimos andando hasta la maravillosa abadía cisterciense de Villers, un lugar que nos gustó muchisimo, por sus 850 años de historia y por lo bien que se lo pasó Olaya jugando en su jardín, hacía un día de sol increible.
La mayoría de los edificios datan de entre 1190 y 1250, pero desde el siglo XIV empieza a tener problemas económicos y es afectada por la peste, en el siglo XVI vive un nuevo periodo de prosperidad y en el s XVIII los edificios medievales son reconstruidos al estilo clásico. La abadía quedó abandonada en el s XIX y sus ruinas románticas atrajeron incluso a artistas como Victor Hugo, pero sus muros continuaron desmoronándose. En 1893 el Estado Belga se hizo con los terrenos y empezó las obras de reconstruccion. En 1946 se propuso la vuelta de monjes cistercienses pero el Estado rechazó la idea.
La abadía cierra los martes y abre de 10 a 18 horas, y hasta las 17 en invierno.
A la salida comimos justo al lado en la Cave du Moulin, muy tranquilos y bien. Volvemos a Charleroi y damos un paseo antes de la ducha y cena, en un italiano muy correcto junto al hotel.
El lunes 19 de mayo visitaremos dos ciudades valonas, Namur y Dinant
Namur es la capital de Valonia, una ciudad con un esplendido emplazamiento, en la confluencia de los rios Mosa y Sambre, tiene una ciudadela del siglo XI.
Dimos un largo paseo y vimos la iglesia barroca de SAint Loup y la catedral de Saint Aubain,
Comimos en la terraza de Le Peanuts, en la Rue L´Ouvrage, detras de Saint Loup y luego fuimos a tomar un cafe junto a la estación de Namur antes de coger el tren a Namur, un recorrido precioso, junto al rio Mosa, maravillosa Dinant, sin palabras, llegamos y nos acercamos a ver las vistas sobre el río, Enclavada entre los macizos rocosos de las Ardenas y el Mosa
Con la Colegiata de Notre Dame y la Ciudadella, dimos un paseo en barco por el Mosa
En Dinant nació Adolphe Sax, inventor del saxofón.
El ultimo dia en Valonia fuimos a Mons, la ciudad se recorre facilmente en una mañana y es muy agradable, con su casco histórico, la colegiata de Sainte Wadru, y su Grand Place, muy bonita, con el ayuntamiento y el Mono Le Grand Garde, la leyenda cuenta que si le tocas la cabeza con la mano izquierda trae suerte
Antes de volver a Charleroi comimos en la Grand Place de Mons muy bien, incluido un delicioso crepe
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